NÚCLEO 1. EL PAPEL DE LA LITERATURA, LA CULTURA Y EL LENGUAJE.
Mapas conceptuales de las lecturas abordadas para el desarrollo de la tutoría 1.
Pregunta generadora:
¿De qué manera los modelos literarios aportan a la didáctica de la literatura?
R. Se evidencia el aporte de los modelos literarios en la didáctica de la literatura a través de procesos de carácter cognitivo, sirviendo estos como referentes que impulsan el desarrollo de la creatividad, desarrollo de estructuras y formas poéticas entre otros.
Cabe anotar que los modelos son representaciones abstractas que muestran su propia visión y metodología para disfrutar, leer, interpretar y apropiarse de la literatura. Por otra parte, la didáctica de la literatura establece que el objetivo esencial de la educación y formación literaria de los estudiantes debe poseer un carácter integrador donde se busque interpretar, valorar y tener una verdadera apreciación por la creación literaria.
LOS MODELOS LITERARIOS…UNA OPCIÓN NO UNA LIMITACIÓN.
Se debe plantear una pregunta inicial: ¿Qué es lo que se pretende con la clase de literatura? Entonces surgen diversas opciones de respuesta, por ejemplo: que los estudiantes tengan un acercamiento a ella como arte, que reconozcan las obras más representativas, que desarrollen un discurso literario, que comprendan el sentido historicista y artístico, que identifiquen autores, modelos, movimientos, ideologías…estas y muchas otras ideas emergen cuando se piensa en las intenciones de la pedagogía y la didáctica de la literatura.
En este orden de ideas, los modelos literarios puede resultar una alternativa para organizar el trabajo en el aula y potenciar los aprendizajes ya que establece un orden de pensamiento y orienta la mente del estudiante sobre patrones que son efectivos, proporciona operaciones generales con las que se logran construir una base; no es lo mismo solucionar un problema desde la nada que teniendo una serie de pistas que van a ir definiendo el camino para no salirse de la frontera.
Cuando se busca preparar un postre o cualquier tipo de plato desconocido, resulta muy útil seguir un modelo en el que se defina la preparación y un orden, luego cuando este orden se ha interiorizado, la persona es capaz de prepararlo y hasta de proponer nuevos trucos gastronómicos que le van a dar consistencia, mejor sabor y toques de innovación. Igual puede suceder con los modelos literarios, se convierten en guiadores y delimitadores del aprendizaje que nos llevaran a ser lectores autónomos, críticos y creativos.
Es importante hacer una salvedad, con lo anterior no se quiere decir que los modelos literarios son una estrategia única y que la literatura deba limitarse a ellos, es muy importante saber cuáles son los propósitos didácticos para definir un derrotero claro y congruente. En resumidas cuentas se debe pensar cuando si, y cuando no, es bueno el trabajo por modelos en el aula.
ENSEÑAR LITERATURA A PARTIR O NO DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN.
Los tiempos han cambiado y la era actual exige nuevos retos a los maestros en materia de didáctica de la literatura, por lo que es muy importante vincular las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Lo anterior no quiere decir que la literatura no pueda abordarse de otras formas, si bien el contexto actual orbita en función de la nueva era tecnológica no todas estas herramientas son pertinentes en todo momento y en todo lugar. Así como el maestro selecciona crítica y acusiosamente los textos literarios y las actividades, también debe pensar en cuales herramientas pueden realmente apuntarle a los propósitos didácticos en el abordaje literario.
Lo verdaderamente importante es enseñar la literatura desde la intención de leer obras y desarrollar el pensamiento crítico frente a ellas; a partir de este principio inicial se desligan el cómo mejorar los procesos empleando la tecnología como herramienta.
Leer obras digitales puede ser una muy buena opción, compartir opiniones en la web, realizar estudios de literatura en un proceso de interacción donde se rompa con las limitantes del tiempo y el espacio. Estas y muchas opciones surgen como posibles formas de abordar la literatura.
Lo que realmente no resulta conveniente es reemplazar el estudio de obras completas por vídeos o síntesis que publican en la red, ni dejar que el proceso pedagógico sea eclipsado por otros vicios en los que caen las personas; por tal motivo, el docente debe ser un orientador y conductor del proceso, al acercar los estudiantes a la literatura desde las nuevas tecnologías debe discriminar las posibilidades y acoger las precisas sin salirse de los limites de sus propósitos didácticos.
C.Lomas dice que no debemos olvidar que la escuela se convierte para muchos niños y jóvenes en el único escenario en el que ellos van a tener la posibilidad de acercarse al conocimiento y a la lectura de textos literarios así como a la experiencia de la creación literaria, entonces es una responsabilidad grande ,como maestros hacer que esos niños y jóvenes gocen en la escuela del placer de leer, así como es una necesidad urgente que nosotros los maestros entendamos que los tiempos han cambiado y que hay nuevas formas de aprender y de enseñar para hacer posible una sociedad.
Lo anterior permite pensar que la escuela debe pensar los escenarios de abordaje literario de manera crítica y esto implica vincular las tecnologías de la información, pero sin olvidarse de la verdadera esencia de estudiar la literatura como extensión del lenguaje y de la mente. Sin olvidar que el único aparato que resulta realmente portentoso es el pensamiento por que os otros son agregados materiales que además de ponernos a flotar en un tiempo agilizan los procesos superiores.
La tecnología entretiene y divierte, al igual que la literatura anclar la una a la otra puede resultar efectivo en la medida se ame el proceso de forma responsable. Esto implica que hay nuevas formas pero que no todas son las más convenientes siempre hay algo nuevo que jamás podrá superar las acciones que por históricas no dejan de ser efectivas como leer obras para escaparse del mundo de la forma más rudimentaria , con un libro, en un bosque con el silencio de la naturaleza.
POSICIÓN PEDAGÓGICA DEL DOCENTE EN LA ENSEÑANZA DE LA LITERATURA.
Es importante antes de aplicar cualquier didáctica que el maestro este consiente de tener una base pedagógica muy bien estructurada que le permita detenerse a pensar cuales pueden ser los caminos didácticos para hacer que sus estudiantes sientan emoción cada vez que tienen la clase de literatura, entonces cabe la pregunta ¿Cómo abordar la pedagogía de la literatura? Para responder este interrogante Cárdenas (2004) sugiere que” la pedagogía debe ser hedonista, personalizada, interactiva, critica, creativa y contextual” complementada con la actitud del docente, que debe presentar siempre interés, conocimiento, formación y ante todo motivación, que debe ser reflejada en sus estudiantes, pues de ella depende que se desarrollen habilidades y competencias literarias que le permitirán al estudiante leer literatura con criterios claros sobre ella.
Pero esta motivación debe ser alimentada por el docente de literatura a través de unos arraigados hábitos lectores que él debe poseer para poder proponer a sus estudiantes textos que genere en ellos expectativa y ganas de leer; sin embargo la realidad es otra, pues el docente se limita tan solo a las programaciones oficiales que asigna el área convirtiéndose en un dependiente irreflexivo de las propuestas de las editoriales y cayendo en el monótono abordaje de la literatura desde la simple lectura por obligación que se ciñe a un análisis literario, corriendo el riesgo de caer en el error de convertir su clase de literatura en una compleja clase de gramática en marcado por el olvido rápido de la obra de parte de los discentes..
Es claro que el maestro de literatura debe restructurar su forma de enseñar y enfocar su orientación hacia una lectura por placer, creando ambientes propicios que aviven la imaginación, que despierte sus sentidos, planteando formas diferentes de abordar la obra y crear condiciones que faciliten el acercamiento de los estudiantes a la literatura. Se hace necesario que el docente de literatura tenga clara la interacción de su papel como formador de receptores – lectores literarios. Para esto, debe poseer una buena didáctica lectora, conocer la esencia de las obras que sugiere y el desarrollo del contexto.
De la misma manera es importante tener claro el enfoque de la metodología a aplicar en este proceso. No se trata de enseñar netamente literatura sino de enseñar a apreciar la literatura mediante un goce estético, un disfrute y una valoración profunda que conlleven al desarrollo de habilidades lectoras.
Es por esto que debe existir una renovación didáctica para la formación literaria que promueva la Integración de saberes, criterios de valoración que definan la adquisición de competencias literarias. No sólo se trata de analizar recursos estilísticos y transmitir datos, se requiere utilizar diversidad de recursos, una buena didáctica y trabajo en talleres literarios.
Lo que el docente de literatura debe hacer con sus estudiantes es formarlos para apreciar la literatura